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Discursos

Discurso de la Presidenta Tsai Ing-wen en la cena con los compatriotas de ultramar en Panamá

25-06-2016

Antes de llegar, el Ministro Wu del Consejo para los Asuntos de Compatriotas en Ultramar me ha indicado que aunque estamos en Panamá, muchos de los amigos presentes han viajado desde otros países recorriendo largas distancias. Según tengo entendido hay amigos que vienen desde Costa Rica, República Dominicana, Colombia y Brasil. ¡Gracias a todos por su cordialidad!

El mes pasado, al día siguiente de la Toma de Posesión del 20 de mayo, hubo una recepción en la que pude reunirme con muchos amigos compatriotas de ultramar. Ellos me gritaron a viva voz palabras de ánimo, y sé que estas palabras no se dirigen únicamente a mí, sino más bien a Taiwán y a todos los taiwaneses. La cálida acogida de los compatriotas en ultramar, así como sus expectativas, nos hacen sentir que a pesar de la enorme distancia que nos separa, nuestros corazones están juntos, unidos por el amor a Taiwán, esperando lo mejor para Taiwán.

Hoy, en la presencia de tantos amigos compatriotas, vuelvo a sentir su entusiasmo y sus esperanzas, por lo que quiero darles las gracias, gracias por su apoyo y por los esfuerzos realizados en esta tierra panameña a lo largo de los años, los cuales han permitido al mundo conocer el espíritu de los taiwaneses, y a los taiwaneses aportar su contribución al mundo.

Antes de acudir a este encuentro, visité las esclusas de Miraflores del Canal de Panamá. Este canal es la obra arquitectónica más impresionante de la historia de la humanidad. He viajado hasta aquí para asistir a la Ceremonia de Inauguración del Canal de Panamá Ampliado, con la esperanza de que todos los taiwaneses puedan ver este momento histórico que está viviendo este país hermano geográficamente tan distante. El pueblo de Taiwán se ha mantenido siempre unido al pueblo panameño y hemos luchado juntos por cumplir nuestros sueños. Por ejemplo, el Grupo Evergreen, como empresa taiwanesa que más ha invertido en Panamá, no sólo ha creado oportunidades de trabajo en Panamá, sino que sus buques contenedores, que atraviesan diariamente el canal, se han convertido en el símbolo de Taiwán, siendo la mejor promoción de nuestro país.

Además de los representantes del Grupo Evergreen, hoy nos acompañan otros muchos compañeros de la Asociación de Compatriotas Taiwaneses en Panamá, quienes desde hace años se han movilizado en obras caritativas, dedicándose con entusiasmo a la educación de los pueblos indígenas, de manera que este bello y diversificado país tenga una sólida base de educación. A parte de los compatriotas en ultramar, también hay en Panamá muchos jóvenes voluntarios que, junto con varios maestros de chino mandarín presentes, han cruzado el océano para contribuir con su especialidad.

Recuerdo haber leído en internet un artículo sobre una joven que había recorrido medio mundo para venir a Panamá a enseñar chino mandarín. Muchos amigos suyos le decían que no se podría adaptar al lugar, y que volvería a casa al cabo de dos semanas. Sin embargo se quedó dos años en Panamá, y cuando llegó el momento de la despedida no quería irse, porque sentía que había contribuido profesionalmente y que esa singular experiencia había ampliado sus horizontes.

Desde el pasado, muchos taiwaneses han llegado a Panamá; se han introducido en las plantaciones para enseñar a los campesinos a mejorar los métodos de cultivo de los árboles frutales; se han introducido en los pueblos pesqueros para guiar el desarrollo del procesamiento de los productos pesqueros. Los taiwaneses se han adentrado en los diversos rincones de esta tierra, promoviendo proyectos de cooperación técnica en diversos ámbitos, impulsando el desarrollo local y reforzando la amistad entre ambas naciones.

Seguramente todos los presentes, al residir en Panamá conocen cuál es su flor nacional, ¿verdad? La flor nacional es la flor del Espíritu Santo, la cual tiene fuertes vínculos con Taiwán. Esta flor silvestre se encontraba en peligro de extinción. Antiguamente los cultivadores de orquídeas no tenían suficientes técnicas para criarlas y por eso, aunque muchos panameños sabían cuál era su flor nacional, jamás la habían visto.

Hace algunos años, el Sr. Huang Chia-hsiang, técnico de nuestra Misión Técnica en Panamá, junto con especialistas en jardinería y reclutas del servicio militar alternativo, se dedicaron a la reproducción de la flor del Espíritu Santo y regalaron brotes de esta variedad de orquídeas a 85 escuelas de primaria y secundaria para que los niños panameños pudieran conocer desde pequeños su flor nacional. La Misión taiwanesa transfirió esta técnica de reproducción a Panamá, ofreciendo además plantones de la orquídea Phalaenopsis (orquídea mariposa) y asesoramiento para desarrollar aún más la industria de orquídeas en el país.

Existen muchas otras historias de intercambios y de cooperación como ésta. En el trasfondo de cada historia está el recorrido trazado conjuntamente por los taiwaneses y los panameños; este esfuerzo conjunto es también un orgullo compartido.

Antes de salir del país dije a nuestros conciudadanos que la “diplomacia de paso firme” que seguimos, nos lleva a dar un paso tras otro, cumpliendo inalterablemente los objetivos, trabajando para contribuir al beneficio mutuo. Este espíritu de paso firme es el espíritu de Taiwán.

Los taiwaneses pueden contribuir al mundo, y pueden aportar todavía mucho más. Siempre que nos esforcemos, el mundo percibirá esta buena voluntad y responsabilidad. Siempre que nos esforcemos, el mundo apreciará nuestro ahínco. Así, nuestros compatriotas en ultramar se sentirán orgullosos de ser taiwaneses, dirán que son taiwaneses y caminarán con la cabeza erguida.

Panamá es el primer país aliado que visito tras haber asumido el cargo. Nuestros países han mantenido a lo largo del tiempo una hermandad estable y madura de más de un siglo de antigüedad. En marzo de este año Taiwán y Panamá sellaron un nuevo acuerdo de cooperación técnica. Estos nuevos proyectos de cooperación están a punto de comenzar. Y con ellos vendrán a Panamá aún más taiwaneses destacados, trayendo su técnica y pasión, y sentando una base más profunda y sólida para la relación bilateral. Para entonces, quiero pedir a los compatriotas residentes aquí que cooperen ayudando a nuestros colegas de la Misión Técnica y trabajando juntos por las relaciones internacionales de Taiwán.

Quiero aprovechar la ocasión para darles nuevamente las gracias por sus esfuerzos en el pasado. La cálida acogida que me han dispensado es algo que no olvidaré. Quiero pedirles también que con esta misma pasión trabajen conmigo para que Taiwán avance hacia el mundo a grandes zancadas. Verdaderamente, me colma de gran alegría verlos aquí. Esta mañana cuando el Ministro Wu me dijo que asistirían a la cena unas cuatrocientas personas, le pregunté con sorpresa dónde había encontrado a tantas personas. Efectivamente, lo consiguió, pero no buscándolos, sino que todos han venido con entusiasmo. Quiero darles las gracias a cada uno, gracias por su apoyo, gracias por haber venido, por permitir que les conozca y me conozcan, ya que en el futuro habrá muchas cosas que haremos juntos, de modo que la generación venidera sepa los esfuerzos que nuestra generación hizo por ella.

Code Ver.:F201708221923 & F201708221923.cs
Code Ver.:201801051632 & 201801051632.cs